¿Esfuerzo o educación alternativa?

El otro día en clase el profesor nos mandó leer una serie de artículos relacionados con la situación del sistema educativo en España. Para ello nos dividimos en grupos y comentamos los artículos: cada grupo un artículo diferente.

Nuestro grupo trabajó en torno a un artículo relacionado con la motivación en las aulas. En él se exponían métodos de aprendizaje muy alejados del modelo tradicional que estamos acostumbrados a ver las aulas, en las que el profesor explica el temario y los alumnos atienden en "silencio". El artículo describía una serie de distintas actividades para realizar en las aulas, distintas para cada asignatura; desde la elaboración de un trivial para la clase de Ciencias hasta juegos de rol en los que se interpretan distintos personajes y situaciones para la clase de Inglés. Además se proponían actividades complementarias, como el reparto de distintas responsabilidades en el aula o actividades para el desarrollo de inteligencia emocional. Todo ello sin apenas tener que abrir ningún libro.

A raíz de este artículo, los miembros de mi grupo empezamos a rememorar nuestras propias experiencias para evaluar cómo nos hicieron sentir, si nos motivaron, si llegamos a aprender con estas actividades... Yo albergo un buen recuerdo de mi profesora de Lengua y Literatura de 4º de la ESO. Recuerdo que organizábamos debates en clase sobre los libros propuestos, representamos capítulos del Quijote por grupos, o incluso visionábamos películas para después debatir sobre ellas, enlazándolas con el temario de clase.

La pregunta es, ¿y esto funciona? Desde luego, los alumnos se sentían más motivados y felices en este modelo de aula, y nosotros recordábamos estas experiencias mejor que las largas horas mirando la pizarra. Pero una cosa es la percepción subjetiva de los alumnos y profesores y otra muy distinta los resultados objetivos de seguir este modelo. Bien, un modelo similar lleva aplicándose en Finlandia durante años y, como veíamos en la anterior publicación, es uno de los países con mejores resultados en el informe PISA. Así que sí parece funcionar.

El artículo introducía el contrapunto de este modelo: el ejemplo de Corea del Sur. Aunque Corea del Sur compite con Finlandia en el ranking PISA, su modelo de educación es diametralmente opuesto. Basado en el esfuerzo y la alta exigencia, Corea introduce un modelo online personalizado e individualizado en el que los profesores se convierten en celebrities millonarias con miles de seguidores en redes. Sin embargo, los jóvenes en Corea del Sur también se encuentran entre los más infelices y con mayor tasa de suicidios del mundo.

Pero, ¿no es necesario acaso inculcar valores de esfuerzo y del trabajo duro en los estudiantes? A fin de cuentas, son valores necesarios para enfrentarse a etapas superiores de la educación, como en la universidad, o al acceder al mundo laboral. ¿Adquieren esos mismos valores los estudiantes de Finlandia también sin la necesidad de someterse a esas dosis altísimas de estrés y presión? ¿Acaba mereciendo la pena adquirir esos valores a tan alto precio?

Para acabar, os dejo mi pregunta:

¿Qué experiencias de aula alternativas recordáis haber tenido en vuestra etapa estudiantil?

Comentarios

  1. Hola Alberto,

    Yo también albergo un buen recuerdo de mi profesora de Lengua y Literatura de 4º de la ESO. Ella no era una persona que propusiera temas muy novedosos, sin embargo nos "obligaba" a escribir todos los días una "bitácora" en nuestro cuaderno. Una breve reflexión que reflejara como nos sentíamos, que estaba pasando en nuestras vidas, en nuestras casas... Aunque inicialmente no nos gustó la tarea, a medida que avanzaba el curso, le fuimos cogiendo el gustillo, y ahora, años después, es cuando me doy cuenta que la ortografía y redacción de dicha bitácora era la parte menos importante de la misma. El saber expresar emociones, contar lo que te ocurre, compartir tus preocupaciones son algunas de las habilidades que desempeñamos en aquel momento, sin darnos ni siquiera cuenta.

    Volviendo al sistema de educación Finlandés o Coreano, creo que no debemos olvidar tampoco el resto de factores que intervienen en los estudiantes de cualquier nacionalidad, ya que estos adquieren muchos valores de la sociedad, y de las familias.

    Desde luego si a mi me preguntasen que desearía para mis hijos diría que fueran felices. La cultura del trabajo duro y del esfuerzo no digo que sea mala, pero si eres feliz haciendo algo que te gusta, trabajarás duro y te esforzarás en ello, sin embargo no encuentro esa relación, si el planteamiento es a la inversa.

    ¡Un saludo!

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    1. Muy importante tu puntualización. Habría que ver todos los factores en la ecuación, no sólamente el del tipo de modelo. Quizás en Finlandia o Corea el modelo de familia y cultural tiene un peso mayor que el del propio modelo educativo. ¡Muchísimas gracias por tu aportación Marta!

      Lo del cuaderno de bitácora me recuerda a cierto blog de cierto profesor de máster universitario, ¡no daré nombres! :P

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